Bienvenidos al mundo de los altavoces inteligentes. Este post no será muy técnico, pero si estás dudando en si un altavoz inteligente puede o no ser para ti, posiblemente puedas decidir más fácilmente.
Básicamente tenemos en el mercado tres gigantes en este mundillo: Google, Apple y Amazon. De los tres, no soy yo el más indicado para decirte cuál funciona mejor. Primero porque no los he probado todos y, segundo, porque las necesidades de cada uno y el tipo de dispositivos que se pueden tener en casa son variopintos. La cuestión es que todos pretenden más o menos lo mismo, que puedas dar órdenes con la voz en lugar de pulsar botones.
Y, esto es lo único que hacen. Que nadie piense que por comprarse un Google mini va a poder controlar la calefacción. No, para controlar cualquier dispositivo electrónico de nuestro hogar, necesitaremos una herramienta específica y, será esa herramienta la que tenga que ser compatible con Alexa o Siri.
Aquí me voy a centrar en Alexa (el asistente de Amazon) porque es el que yo he elegido para mi hogar. La decisión no fue nada trascendental, tenía una buena oferta y era compatible con la mayoría de cosas que ya había instalado en mi casa. Amazon tiene varios modelos de altavoz echo, más baratos, más caros y con más o menos prestaciones pero, lo que yo quería no era un reproductor de música de gran calidad sino un altavoz que obedeciese órdenes y que no ocupase demasiado espacio. Así que, el echo dot fue el elegido.
Ahora mismo está en proceso de renovación y se puede conseguir por menos de 20 euros (precio que también suele alcanzar en promociones puntuales como el prime day o el black friday).
¿Qué puede hacer Alexa por ti? Si no dispones de dispositivos adicionales compatibles, mucho y poco. Puede ponerte música (desde spotify o amazon music), darte la previsión del tiempo y un resumen de noticias, contarte un chiste, avisarte de que es la hora de apagar el horno, añadir artículos a una lista de la compra compartida con tu familia, recordarte los eventos que tienes en el calendario… Incluso puede hacerlo de forma programada, según el día y la hora o cuando le digas alguna frase concreta.
Ahí entran en juego las rutinas. Una rutina no es más que una secuencia de acciones que tu altavoz realizará una detrás de otra cuando tú le digas la frase que te parezca. Por ejemplo, yo digo Alexa, buenos días y mi echo me pone un resumen de noticias mientras desayuno, me da una previsión del tiempo y del estado del tráfico desde mi casa al trabajo y me recuerda los eventos que tengo para hoy en mi calendario. Es una idea pero puede haber más.
Lo que no puede hacer por si sola es encenderte las luces, abrirte la persiana del garaje o bajar las persianas cuando llueve. Para eso hacen falta más cosas.
¿Alexa te entiende o es como el contestador automático de movistar? Bueno, digamos que suele entenderte bien. Las órdenes que vienen de serie con el aparato van muy bien (enciende las luces, abre la persiana, pon música…) pero las rutinas personalizadas van un poco peor, debes intentar que las frases no se parezcan mucho entre ellas para evitar tener que repetirlas. En fin, podemos decir que es mejorable pero, por 20 euros, no se puede pedir más.
¿Cuántos altavoces necesitas? Depende. Si quieres que te escuche en cualquier sitio de tu casa, quizás debas tener uno por habitación. Por eso yo no quería que fuesen demasiado grandes. Tener varios te da la ventaja de que puedes poner música en todos a la vez (como un hilo musical), hablar de uno a otro o enviar un comunicado a todos al mismo tiempo (A comer!!, por ejemplo). Yo tengo 4 echo dot en casa y un echo auto en el coche, que viene a hacer lo mismo que los de casa pero requiere conectarse a tu móvil por bluetooth para que este le haga de puente con internet.
Sí, Alexa necesita internet para funcionar. Deberás conectarlo a la wifi de tu casa (es compatible con bandas de 2.4 y 5Ghz) y sin ella, no hará absolutamente nada. Suele funcionar bien pero, como pega, diré que no puedes configurarle una ip fija directamente, tendrías que hacerlo desde el router.
Cuando recibas tu primer altavoz, lo lógico es que ya venga asociado a tu cuenta y, si no, podrás hacerlo fácilmente. Deberás descargar la App de Alexa en tu móvil y desde ella, acceder a dispositivos y pulsar el botón más:
Lo siguiente que veremos es una lista de tipos de dispositivos, escogeremos en este caso «Amazon echo» y seguiremos las instrucciones en pantalla para conectar nuestro altavoz.
Una vez conectado, podemos trastear un poco entre sus opciones creando algún grupo como «Salón» o «Dormitorio» y asignando nuestro echo al mismo.
El siguiente punto sería instalar alguna skill. Las skills son como las app de tu móvil y hacen que Alexa sea compatible con cosas que, de serie, no puede. Por ejemplo, puedes añadir la skill de spotify para conectarla con tu cuenta y reproducir música desde tus altavoces. (Aquí hay un problemilla y es que por ahora, solo puedes enlazar una cuenta por lo que, si sois varios en casa, solo una cuenta podrá estar enlazada)
La Skill que vamos a instalar a continuación es la de Shelly. Así, Alexa encontrará los dispositivos shelly que tengamos instalados en nuestra red y podremos controlarlos con la voz (además de con el móvil). Para ello, hacemos lo mismo que antes, buscamos la app shelly cloud, la instalamos y la asociamos a nuestra cuenta.
Ahora, podemos repetir el proceso de búsqueda de dispositivos y veremos como nuestro shelly recién instalado aparece en la búsqueda
Ahora comenzará la búsqueda que tardara unos pocos segundos:
Una vez detectado nuestro dispositivo, le ponemos nombre y lo asociamos a un grupo.
Listo. Ahora ya podemos controlar nuestro dispositivo con la voz. En mi caso, una persiana. Si doy la orden «Alexa, abre la persiana» desde el altavoz asociado a la habitación donde está la misma, no será necesario indicar nada más. Alexa sabrá a qué persiana me refiero. Pero, si lo hago desde otra estancia, tendré que especificar «Alexa, persiana habitación al 50%», si quiero que me haga caso.
Los nombres que pongáis a vuestros dispositivos en la app de Alexa, no tienen por qué coincidir con los de la app de Shelly. Lo que es imprescindible es que vuestro shelly tenga habilitada la cloud, en otro caso, no funcionará. En realidad, Alexa recibe una orden, la asocia a un dispositivo shelly mediante la skill, la envía a la cloud de shelly y es este servidor el que envía la señal a nuestro dispositivo para que haga lo que le hemos ordenado. Sin internet, no funciona; sin cloud, no funciona; sin skill de shelly, no funciona. A pesar de todo este recorrido, la respuesta es relativamente rápida.
Si lo que estáis buscando es tener control local de vuestros dispositivos, Alexa no es la opción. En el futuro veremos qué puede hacer Home Assistant por nosotros pero, pensad que si queremos controlar nuestro hogar desde fuera del mismo, siempre será necesario salir a internet de un modo u otro.
Alexa es compatible con un montón de chismes de muchas marcas y, básicamente, lo que hace, es esto. Se conecta a la cloud de la marca y los controla desde ahí. Para cada marca, deberéis comprobar si la skill está disponible.
Después, podéis hacer alguna cosa más como descargar juegos chorra para pasar el rato en familia o emparejar vuestro echo dot de 20 euros con el sistema de alta fidelidad del salón (Si este tiene bluetooth) para poder reproducir música en él y controlarlo desde Alexa. También podéis programar cosillas con las rutinas pero, al poco tiempo veréis que muchas cosas que se os ocurren, no se pueden hacer sólo desde la app de shelly (porque son complejas o porque implican a dispositivos de otras marcas) ni desde Alexa (que tiene un sistema de automatizaciones muy básico) ahí será el punto de saltar a un asistente domótico dedicado. Pero eso nos tocará más adelante.
Hasta la próxima!